Me miras. Tengo un cangrejo en en estómago que se mueve y me hace sentir enamorada, otra vez... mientras tú sigues siendo una imagen lejana. Me invitas a comer... pero no me gustan mucho las mariposas crudas; ¡Qué más da! el amor llegó, démosle la bienvenida.
Quisiera entrar en tu mente y navegar en ese barco de papel, aunque siéndote sincera, no soy muy buena en la papiroflexia. Puedo recolectar luciérnagas en la noche y puedo sembrar y hacer crecer las flores más bellas, además sé hablar con los árboles.
Vamos vamos juntos, los dos... antes de que suene el despertador.
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