25 de septiembre de 2012

Los últimos días del verano


Las flores silvestres que adornan nuestro camino, tus pies descalzos, los dos nadando entre la hierba morada que nos cubre las piernas. El metro infestado de gente; se abren las puertas y tiras de mi mano para salir... mientras (suave, lenta, casi imperceptiblemente) recargo mi cabeza en tu espalda. Cierras los ojos y estoy contigo. Jugamos a ser ranas, saltamos charcos, corremos entre las milpas, robamos elotes, antes de que el sol se esconda. Me enamoro -sin querer- de tu sonrisa de flor de calabaza, de tus ojos-camote, del simpático grillo que vive en tu oreja;  tú sentado en la banqueta, yo buscando ciruelas entre las ramas del árbol más alto de la colina. Alejados del mundo, tiramos la escalera que nos ayudó a subir... nos quedamos arriba toda la noche.



-Las luces de la ciudad se ven mejor reflejadas en tus ojos- dices rompiendo el mágico silencio que nos envolvía. Me salvas de mí misma. Comienza a llover y como si fueras mi hijo duermes en mi regazo. No tienes por qué contarme tus pesadillas, lo sé desde la primera vez que me besaste; no eres libre. Como Perséfone* debes marcharte y yo como Démeter* me convierto en la primera hoja seca que es aplastada por tu tenis, contra el asfalto.


"Entre la muerte y yo he erigido tu cuerpo" Rosario Castellanos

*http://boj.pntic.mec.es/~aalamill/3_persefone.htm


11 de septiembre de 2012

Perfume de gardenias...

Lo vi todo en cámara lenta; mi cabeza cayendo, mi cabello suspendido en el aire, y flores como mariposas blancas huyendo de mí. La gente en silencio, todos movidos de sus asientos, los que ibamos parados ahora en el suelo uno sobre el otro. Mi mente no funcionó hasta que se escuchó el crujir de ambas máquinas al estrellarse... y luego la oscuridad.



Siempre había querido regalarte flores, por eso, al salir del metro aquella vez no dudé en comprar uno de los pequeños ramos de gardenias que vendía una viejita. Subí a prisa a la micro, estaba cansada, pero igual me mantendría despierta  la esperanza de -por fin- verte otra vez...

10 de septiembre de 2012

Siempre estoy detrás de lo que ves

Soy el despertar de un lunes, abrir los ojos, encontrar que el mundo no es tan cálido y bello como tu sueño (ella, tan lejana y cercana a la vez). Soy el agua fría de la regadera sobre tu adormilada piel, el asfixiante andar del metro, el reloj gritando que ya es tarde, el libro que te atormenta, el tacón que "por error" pisó tu pie, el piojo que chupa tu sangre....



.... soy el viento que te abraza, la llovizna que te besa, la luna que después de mirarte toda la noche desearía encontrarse en tu sueño (ser creada de nuevo... por ti).

 

4 de septiembre de 2012

Contra el silencio


Elijo cuidadosamente las palabras con las que construiré un puente que atraviese el río (para no caer en tus ojos, para no ahogarme en tu pecho, en el gran monstruo de agua que eres). Pero yo tan pequeña, no lo puedo soportar; todas mis palabras no provienen de mi mente, sino de mis pulmones, de mi estómago... de todos esos días oscuros, silenciosos. Me ahoga la esperanza de no encontrar límites, por que tú no los has mencionado; esperanza, no es más que eso, la proyección de un sueño que ha vivido tanto tiempo conmigo que conoce todos mis puntos débiles.