Tú y yo en el atrio de esa iglesia, rodeados de ángeles. Es extraño, el
dios ensangrentado que veneras inclinando la cabeza cuando pasas frente a
él. Yo tras de ti, perdida en las imágenes oscuras, profundas, lejanas.
Un dia me enseñaron todas esas oraciones que piensas en silencio...
pero las olvidé.
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