11 de febrero de 2014

El lugar en donde se termina mi sed y comienza tu nombre.

Tu piel, tus manos acariciando mi cabello, desenredándolo en un infinito ir y venir (como si el tiempo no se acabara). Te beso cuando las luces se apagan y nadie puede verme (ni siquiera tú). Quién dará el primer paso, ¿tu mano en mi cintura o mi boca en tu cuello?

Vivo en los lunares de tu brazo descubierto para no ahogarme en el mar de tu piel.



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¿Y qué dices tú?