21 de noviembre de 2015

La promesa del mar

21 de noviembre 2014

El día se va acabando y las luces prendiendo. ¿Cómo le hace un avión para aterrizar en un mar de montañas? 

Por entre las nubes, una ranura donde se escapa el atardecer. Naranja, rojo. Comienza y se acaba. Todo sucede así, empezar desde cero, encontrarse con los propios fantasmas, platicar un rato con ellos, enfrentarlos después. Lo que he aprendido es eso: siempre hay tiempo para intentarlo. Nunca es demasiado tarde. Saberse equivocado no lo logra cualquiera. Sin lastimarse, sin recriminarse, con la fuerza necesaria para cambiar lo que se está haciendo mal.

¿Nos volveremos a encontrar un día? ¿En Bogotá, en Manizales, en la Ciudad de México?



¿Qué hay detrás de tanta montaña? La promesa del mar.

11 de noviembre de 2015

Pa pa pa pa eu eo

El beso más lento de la historia. Juegas a las escondidillas, queriendo encontrarme. Me escondo en una canción cualquiera, en un lugar al azar de esta maraña de calles que decimos conocer de siempre. Se hizo de noche ya, y apenas me he dejado encontrar. Ahí, despeinada y con botas de montaña. Ahí, con palabras azules, como el cielo recién nocturno, en los labios. 

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Cuando el día está clarito, todo lo veo bello. La cara de las personas, las hojas de los árboles...  los carros que circulan por la universidad. Miro ansiosa por la ventana. El paisaje es tan lindo que no importa que el cristal esté lleno de tierra. Porque el sol lo atravieza todo: las cortinas, las puertas, incluso los corazones enmarañados. 
P.D. No tardes en llegar.

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- ¿Cuándo nos volveremos a ver?
- Cuando quieras. Puede ser mañana, en una semana... o todo el mes que viene.