14 de abril de 2011

Una vela en la oscuridad


-Cierra los ojos- dijo con severidad - Quiero mostrarte mi corazón.


Hacía mucho que no sentía tanta luz en mi interior. Después de todo siempre tendremos alguna vela por ahí, guardada, arrumbada, para cuando se nos va la luz.


Hace tanto que no sentía la cera derretirse ... mi corazón ya no está frío. Tiene unas ganas inmensas por comerse unos tacos de canasta con mucho guacamole, por caminar entre las calles de Santa María la Rivera. Quiero comer sandía toda la tarde hasta quedar roja roja roja, nadar hasta no sentir los brazos, ver atardecer desde un puente peatonal, viajar en trolebus y quedarme dormida (soñar soñar soñar soñar).


Las piernas me tiemblan de emoción. Las palabras no serán suficientes para calmar mi alma. Gritaré todo esto en sonidos que nadie más haya escuchado. Regresó mi loca semi-sabiduría prematura.


-Cierra los ojos- dijo con severidad - Quiero mostrarte mi corazón.



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