3 de abril de 2011

No es un adios, es un hasta (nunca) pronto

Y al mirar mis cansados pies sé que ya no puedo más. Caminar por un lugar vacio, con este loco sueño por único compañero no me está llevando a ningún lugar. A veces quisiera quitármelo de encima, tirarlo, abandonarlo, ahogarlo...

... esta vez no lo mataré, porque al matarlo sólo conseguiría quitarme un poco de vida. Esta vez lo haré pequeño, tan pequeño como una cajita de cerillos. Lo guardaré en un lugar profundo, profundísimo de mi corazón, para que no pueda verte, y no sufra al ver que amas a otra.

Lo guardaré para que después, en unos meses, cuando voltés a verme y te des cuenta de todo lo que soy, mi sueño loco pueda morir en paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Y qué dices tú?