23 de mayo de 2013

36:90

Porque tus ojos me lo dijeron, porque tú siempre sonreías después de tomar café, porque el cielo era tan bonito a través de tus lentes. El reloj del metro marca las 36:90 y aplastada por el mundo entero te comienzo a extrañar.


A veces respirar es tan difícil como soñar (y viceversa).

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