Mira cómo me tienes: perdida. Perdidos los sentidos, perdido el norte de mi brújula. En este sin fin de caminos aquello que me guía es tu sonrisa. Sí, con todo y los dientes chuecos que te cargas y que te da pena mostrar. Tu sonrisa y la facilidad con la que haces que los días grises se hagan azules. Cómo me gusta ver el cielo a tu lado. Me transmites la paz de tu respirar (así es más fácil soñar). Siempre y cuando no me toques. Es que posas apenas tus manos en mi cintura y todo sucede menos tranquilidad: la sangre corre rápido, el corazón se agita... de mi piel se desprenden los colores del amor (del amor tin-ton).
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